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¡¿Cómo... he... llegado... aquí?!
A lo largo de los últimos meses, ha habido muchos días en los que me he hecho exactamente esta pregunta, como si estuviera atrapada en una película, en un lugar lejano como Dorothy en el Mago de Oz - para no caer en tópicos, dadas las comunidades de Kansas con las que colaboramos.
Pero sólo lo he preguntado en el buen sentido, ¡lo prometo!
Nunca pensé que trabajaría en el mundo de la filantropía. Principalmente porque durante muchos años tuve la mente, los esfuerzos y las intenciones puestos en otras trayectorias profesionales, sobre todo en el sistema sanitario.
Además, parte de la razón por la que me he planteado mi viaje a Health Forward es que, mientras crecía, pensaba que la filantropía era solo para personas (blancas) que procedían de familias adineradas y tenían dinero para hacer donaciones benéficas. Como muchas personas que proceden de espacios filantrópicos no tradicionales, nunca supe que este campo fuera una opción para mí, un estudiante universitario negro de primera generación procedente de un hogar monoparental del centro de Filadelfia. Pero ahora que estoy aquí, no podría imaginarme estar en otro sitio.
La filantropía es la intersección perfecta de todas las cosas que me interesa hacer en el mundo pero que nunca supe que fueran posibles. Cada día me levanto para trabajar con un gran grupo de personas con las que compartimos el poder y apoyamos a las diversas comunidades que conforman la región de Kansas City. Y tengo la oportunidad de promover políticas y defender soluciones que harán que nuestras comunidades sean más sanas.
Parece divertido, ¿verdad? Pues lo es, casi siempre. Como todo por lo que merece la pena luchar, hay días difíciles en los que hay que tomar decisiones difíciles. Pero, al final, llego al trabajo con una sensación de propósito y logro; de poder y validez; de concentración y solidaridad. Y estoy convencida de que quiero que más personas que se parecen a mí se unan a mí en este trabajo, o incluso que sepan que existe. Quiero que experimenten lo que yo he llegado a sentir durante el último año.
Sin embargo, llegar hasta aquí no es fácil. Para la mayoría de las personas con las que trabajo y con las que he hablado hasta ahora en el ámbito de la filantropía, llegar a este espacio fue un viaje, incluso para quienes tenían los mejores planes. El acceso al campo de la filantropía ha sido exclusivo, ya que muchas personas descubrieron el campo y las oportunidades disponibles a través de alguien que conocían o por casualidad mientras trabajaban en otra área. Ya fuera trabajo social, salud pública, ciencias políticas/derecho, atención sanitaria o uno de los diversos espacios sin ánimo de lucro.
A través de estas conversaciones, he aprendido que hay tantas historias de aprendizaje y pérdida, éxito y lucha, superación e incluso decepción. Sin embargo, de una manera maravillosamente caótica, son las contradicciones de estas experiencias profesionales y personales las que no sólo nos han conducido a este espacio, sino que nos han ayudado a continuar el trabajo necesario para mejorarlo. Puedo dar fe de ello al 100% desde mis experiencias personales y profesionales en las que he experimentado mis propios retos, pérdidas y triunfos que se han extendido a través de cinco estados y en el transcurso de 15 años - todo para llevarme a este punto y momento, aquí en la Fundación Health Forward. Estoy eternamente agradecida por este viaje.
Para cualquiera que esté buscando, pensando o preguntándose si quiere trabajar en el campo de la filantropía, tengo un consejo breve y, espero, sabio: determina tu "por qué" para hacer el trabajo que te apasiona y sigue ese trabajo con intención dondequiera que te lleve. Si resulta que es el campo de la filantropía, aún mejor. Porque aquí te quieren, te acogen y te necesitan. Y si nuestros caminos se cruzan, puedes contar con que te guardaré un sitio, siempre que llegues.
